Luis Vea es Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Estudió también Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Barcelona, aunque pronto se decantó por la escritura. De aprendizaje autodidacta, ha sido premiado en numerosos concursos literarios. Su labor se ha desarrollado en radio, tertulias literarias, recitales poéticos, colaboraciones periodísticas y literarias y jurado de algunos concursos. Durante el año 2008 participó en las primeras jornadas que la Asociación de Escritores Noveles realizó en Barcelona. En el año 2011 leyó su ponencia “Poesía: Por qué y para qué” en el Primer encuentro internacional Vilapoética de Viladecáns, Barcelona. Ha participado en el festival poético Voces del Extremo, (Moguer, Huelva) los años 2014, 2015 y 2018 y en el XX Festivalul International Noptile de Poesia de la Curtea de Arges (Rumanía) en el año 2016. Ha escrito los libros Cotidianos (Isla Varia, 2008), Hachazo de metrónomo (Isla Varia, 2011) y Petroglifos (Baile del Sol, 2014). Además ha participado en diversas antologías de poesía y relato. Ha sido traducido  al rumano y al portugués. 
¿Quién es Luis Vea?
Una persona a la que le gusta la lectura y, por añadidura, también le gusta escribir 
¿Quién o quiénes te acercan a la lectura?
De niño leía mucho. Primero tebeos. Luego en el colegio me aficioné a la lectura. Hacíamos ejercicios y yo los terminaba rápido porque nuestro profesor nos dejaba leer libros de la biblioteca si terminábamos todos los quehaceres. La biblioteca era un cuartucho donde había unos libros de dinosaurios. Creo que en ese momento empecé a leer. 
¿Quién o quiénes guían tus primeras lecturas?
 Mi lectura siempre fue autodidacta. 
¿Dónde fueron escritos los primeros poemas o textos?
Empecé a escribir en la revista del instituto donde estudiaba. Allí publiqué algunos relatos. Con el tiempo participé en diversos concursos literarios. Sin apenas darme cuento empecé a publicar en algunas antologías hasta dar el salto a un libro completamente mío, Cotidianos. Fue un proceso que se dio de manera natural. Al final escribir se convirtió en una parte más de mí mismo. 
¿Tienes poemas favoritos de otros autores? ¿Pudieras compartir algunas estrofas y compartir un poco de tu reflexión hacia éstas?
Pongo aquí un par de poemas de dos autores canarios que en su momento leí bastante previamente a la escritura de una parte de mi poemario Petroglifos. 

DE HOY MÁS 
De la terraza vemos
la tarde el mar
azul echado
extendido sin límites
bajo la luz de abril

Juntos miramos
el patio aún en calma
los jacarandas florecidos
el bando alto de palomas
que sobrevuela el mar
la tarde el tiempo
el resto de los días
tendido ante nosotros.

Límites (1995), Miguel Martinón

ANTE UNA CASA EN RUINAS 
Aquí latió la sangre y se fue trasvasando.
Día a día ardió el sueño como hoguera secreta.
Dolor o gozo antaño a veces abrevaron
criaturas ya perdidas en la muerte o las leguas.

Alguna, en este instante, de seguro el abrigo
de este nidal vejado conmovida recuerda,
y echa a andar de repente su memoria a la busca
de un tiempo generoso de las horas risueñas.

(Entra un pájaro oscuro por la cuenca vacía
de la ventana. Cae, repentina, una piedra
sobre la tarde. Pasa su tenue mano el viento
por el vello erizado del lomo de la puerta.)

Mas no hallará siquiera un rastro evanescente
esa sombra anhelosa que aquí acaso ahora llega.
La dicha se deshace más pronto que las cosas
y de sus ascuas queda solamente la ausencia.

Manuel González Sosa
Tránsito a tientas (2002) 
¿Cómo es un día de creación literaria para ti?
Soy bastante caótico en el proceso creativo. Necesito tirar de una idea por lo que me paso tiempo dándole vueltas a la cabeza y recopilando imágenes, sueños, fragmentos, ideas. Muchas son desechadas. Otras se convierten en gérmenes a trabajar. No tengo un día tipo pues paso por diversas fases creativas. La más básica es la simple anotación de esas ideas. En otro momento suele darse la chispa que te permite desarrollarla. Luego ya llega el pulido, guardar el escrito en un cajón, volver a él. Corregir de nuevo. Estos procesos se pueden repetir varias veces. Se reiteran o simplemente van hacia delante, se paran y luego avanzan. 
¿Dónde escribes?
Para plasmar ideas en papel no tengo un lugar. Para escribir, normalmente en mi casa. Paso bastante tiempo solo. Tengo a mi gata y silencio. 
¿Con qué frecuencia?
No hay una frecuencia determinada. Depende del proyecto y del proceso. 
¿Cuándo sabes que un poema está listo para ser leído?
Básicamente lo sé porque escribo y reescribo leyéndolo. Es decir que no pasa del papel a la corrección y ya al final a la voz. Papel y voz son al unísono. Busco que tenga una musicalidad propia a través de las palabras. Está terminado cuando ese proceso alcanza un punto en que me apercibo que el poema ya no va a mejorar.
¿Cómo has madurado como poeta?
Hay para mí un punto definitivo cuando se abandona el romanticismo de escribir sobre esto y lo otro y considerar que el poema o relato es una obra maestra. Cuando en la escritura empiezas a concebir algo más grande, un todo que comprende una serie de partes. Por ejemplo en un poemario. Procuro que tenga una unidad, suponga un conjunto. Tenga un cierre. Eso al principio no lo veía. Ahora tengo claro que un poemario, como un libro de relatos ha de tener cierta relación. O temática. O temporal, etc. 
¿Cuánto de España hay en lo que escribes?
Nunca me lo había planteado pero supongo que alguna referencia debe haber. A bote pronto se me ocurre un poema del libro Hachazo de metrónomo que se titula Skyline de Barcelona en el que hablo de cómo ha cambiado el perfil de la ciudad con el buenismo de una malentendida modernidad. En Petroglifos también hay diversas referencias históricas a hechos de la conquista de Canarias pero no están citados de manera expresa. Tienen que ser adivinados a partir de lo descrito. 
¿Cuál piensas que es tu papel como poeta? ¿Crees que hay alguna responsabilidad?
La principal responsabilidad de un autor es hacia su obra, pero también una responsabilidad añadida con el tiempo que le ocupó vivir. Un creador no puede encerrarse en su torre de marfil y pensar que lo que ocurre en el exterior no debe conmoverle. 
¿En qué proyecto/proyectos estás trabajando ahora?
Tengo dos proyectos iniciados. Un libro de relatos que quedó interrumpido en 2014 cuando me puse a escribir mi último poemario, Petroglifos, y que todavía no tiene nombre y, paralelamente y, a la conclusión de éste, a principios de 2015, nació otro proyecto poético que denomino provisionalmente En formato de guerra. Un poemario que partía de la rabia como sujeto poético pero poco a poco tornó en frustración. Quería avanzar por ese espacio de lo imperceptible, alejarme de la obviedad que creo es un campo poco poético. Al final voy notando el crecimiento del libro. Dando pequeños pasos pero cada vez más profundos. He empezado a escuchar esa voz intermedia que nos acompaña. Esa voz cercana a la consciencia pero que tiene un pie en el inconsciente. Que nos acompaña en nuestra soledad. Quiero darle la oportunidad de expresarse. Me apercibo de que ese es el nuevo sendero. 
¿Qué consejos tiene Luis para otros escritores que comienzan?
Uno muy básico: que lean. Sin leer no se puede escribir. Y otro sobre la escritura: Que busquen su voz y escriban. Que escriban y corrijan. Que corrijan mucho. Corregir es fundamental.