miércoles, 31 de julio de 2013

NOCHE Y OLVIDO


No abras la noche al olvido.
Deja que los puñales sostengan el tiempo
para atajar el ejercicio de la locura
mientras las tinieblas ahogan lágrimas.

Canta antes de la renuncia
y recuerda las huellas de las moscas,
las larvas incorruptiblemente blancas
como huevos enmarañados en la ventana.

Brote de vida en la noche
mientras la paranoia acecha.
Ya no hay celada sin obscuridad
ni luz sin olvido.

Mas  no abras la noche,
no dejes que se cierre el ciclo,
el dolor frente a la blancura
y el vacío muerto en el sueño.

No hay mañana sin dolor,
ni boca anhelante sin desesperanza.
La noche grita de nuevo
y el anillo se hace ciclo y día,
nos devuelve alguna brizna de esperanza.

El futuro ya ha desaparecido
ahogado entre tinieblas sin contorno
y el mundo se ha cubierto de negrura.


Hachazo de metrónomo, Luis Vea, Islavaria, ed 2011.

martes, 23 de julio de 2013

JOYAS DE MI BIBLIOTECA: CRISTO DE TACORONTE DE EMETERIO GUTIÉRREZ ALBELO


Emeterio Gutiérrez Albelo (1905-1969) tal vez no sea el poeta canario más conocido en la península pero sí es muy conocido en Canarias -y en Tenerife, especialmente- y no necesariamente por aquellos que son lectores de poesía. Fue maestro y también poeta. Obtuvo el prestigioso premio de poesía Tomás Morales que otorgaba la Asociación de la Prensa de Las Palmas. Se le inscribe literariamente en la Generación del 27. Inicialmente su poesía se asocia a las vanguardias de inspiración modernista y, más tarde, en el surrealismo tinerfeño. Así surgen algunos de sus mejores libros entre los que destaca especialmente Enigma del invitado (1939). Fue director de varias publicaciones: el periódico La comarca y de la revista Gánigo. 

Emeterio Gutiérrez Albelo sufrió la guerra civil, él era profesor. Tras la contienda su poesía parece adaptarse a los nuevos tiempos de la dictadura y abandona el surrealismo para acercarse a la religión y al existencialismo. Fruto de ese cambio nace Cristo de Tacoronte (1944). Sus poemas hablan de la vega de Tacoronte. No es, en absoluto, su mejor poemario. Es cierto. Yo tengo un ejemplar. En él figura su firma y una dedicatoria que dice: "A Enrique Sordo, con mi admiración y simpatía por Proel" Emeterio Gutiérrez Albelo. Apartado 193 S/C de Tenerife, Islas Canarias.


Proel era un grupo literario al que pertenecía Enrique Sordo (1923-1992). Probablemente el libro que tengo perteneció durante mucho tiempo a su biblioteca personal si tenemos en cuenta que el libro es una segunda edición y fue editado en 1947 en Tenerife por el Instituto de Estudios Canarios e impreso en la mítica imprenta Litografía A.Romero. Se vendió al precio de 16 pesetas de la época. 

Quizá el propio Enrique Sordo lo llevó consigo en su estancia en Barcelona donde se afincó en los años 50 ejerciendo la crítica en diversas publicaciones como La Vanguardia y El Ciervo. En Barcelona también ejerció de traductor. Tradujo a Monserrat Roig y a Mercè Rodoreda. Pero su actividad poética se inicia en Santander, a donde, probablemente, llegó el libro dedicado por Emeterio Gutierrez Albelo. No aparece fecha, pero podemos intuir que fue a finales de los cuarenta.

El grupo Proel surge alrededor de la revista del mismo nombre en Santander. Nace en 1944 y se dedica a la poesía pero posteriormente también se abre a la prosa y a otras actividades artísticas. El grupo Proel también tuvo una editorial que funcionó hasta 1951. Parece coincidir con la marcha de Enrique Sordo a Barcelona.

¿Se llevaría consigo a Barcelona el libro que le dedicó Emeterio Gutierréz Albelo?  La realidad parece desmentir la hipótesis porque el libro lo adquirí en una librería de viejo de Santander hace algo más de cinco años.



En Icod de los Vinos (Tenerife), su pueblo natal, se puede visitar la Casa Museo que lleva su nombre.

Datos del libro:

Cristo de Tacoronte
Emeterio Gutiérrez Albelo
Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto de Estudios Canarios, 1947
(segunda edición, 10-9-1947)
Edición de 1000 ejemplares numerados. El presente es el número 678.
Colección La Retama
S.C. de Tenerife (aunque el Instituto está en La Laguna)
107 pp+8 pp sin numerar con "juicios sobre la obra
Contiene una fé de erratas.
Editado en cartulina.
Dedicado " A la memoria de mi hermana Mercedes"

jueves, 18 de julio de 2013

DE BARTLEBYS Y PUBLICACIONES

He dejado de sentir interés por publicar. Debe ser que, como decía Vila-Matas, voy a empezar a convertirme en escritor ágrafo o en Bartleby. Ya saben, preferiría no hacerlo (Lean Bartleby, el escribiente de Herman Melville, y Bartleby y compañía de Enrique Vila-Matas). Me explico. Mis dos libros anteriores han sido publicados en una editorial pequeña. Los anteriores eran en ediciones conjuntas todavía más infames. Muchas veces los escritores confundimos nuestro ego con la publicación de un libro. Es decir que la publicación del libro lo único que hace es engrosar nuestro ego pero no necesariamente sirve para darnos a conocer ni para que nos lean. Esto ocurre a menudo cuando las editoriales en las que publicamos no hacen ningún tipo de campaña publicitaria o ni siquiera se preocupan por enviar ejemplares a la prensa, básicamente para que los reseñadores puedan hacer su trabajo, sobre todo los de los blogs porque salir en los grandes medios se ha puesto muy difícil. Lo de organizar una pequeña gira para dar a conocer el libro es ya cosa de risa. Conozco a más de un escritor que se la ha pagado de su bolsillo. Y también conozco el caso de otro escritor que todavía ni siquiera ha recibido compensación económica por sus gastos, es decir ni la mínima liquidación por ejemplares vendidos. Puestos así el escritor tiene que encargarse de todo. Y a uno le gusta escribir pero no tiene porqué gustarle vender (Ya saben el dinero es necesario pero el mercantilismo es otro mundo). Por eso mismo, al menos yo, me he planteado no volver a publicar en esas condiciones. Si para volver a publicar tengo que encargarme de todo, dimito. 




¿Quién no se ha encontrado alguna vez en una presentación literaria en la que se ha visto obligado a comprar un libro más por pena que por interés? Hace poco se lo decía a otro amigo escritor que se sintió obligado porque asistió a una encerrona literaria y no a una presentación. Yo le preguntaba si quizá le interesaba el autor o el tema del libro. En fin, que acabó comprando un par de libros de dos autores que tampoco le decían nada.¿Y todo para qué, me pregunto? ¿Qué sentido tiene publicar un libro que sin promoción alguna va a ser pasto de familiares y amigos? ¡Ya basta de sablear a la gente que te rodea! ¿Sirve eso literariamente para algo? ¿alguno de esos familiares siquiera se lo leerá? ¿te dirán luego lo fantástico que es y lo buen escritor en que te has convertido? Sirve sólo, y volvemos al principio, para engordar el ego del escritor.

Dejémonos de hipocresías. Conozco a un poeta que sus primeros libros los publicó porque pagó a la editorial, aunque nunca lo confesará porque la editorial que se los publicó teóricamente no es una editorial de autopublicación. En su caso quizá le sirvió para despegar, al menos para ser conocido. No para vender mucho.Y ahí sigue con su aureola de poeta maldito, refugiado en su turris eburnea.

Publicar no es difícil, publicar en condiciones decentes ya lo es más. Se ha democratizado la publicación y cada uno puede publicar lo que desee que para eso existe la autoedición y la coedición y habrá casos en que hacerlo vaya bien, no voy a decir que no. En absoluto. Pero tal y como le decía a mi amigo escritor, el de la encerrona literaria, una cosa es que todos tengamos derecho a publicar y otra muy diferente es que lo tengamos a que nos compren el libro o nos lean. 

En poesía es bastante peor. Corren tantas editoriales y pseudoeditoriales e inventos diversos que publican basura que la propia poesía está absolutamente desprestigiada. Intentar publicar poesía en una editorial con cara y ojos que cuide mínimamente al autor y que tenga algún tipo de publicidad me temo que es una historia de Alicia en el país de las maravillas y que quizá sólo se lo puede pretender García Montero. 

Leía hace un tiempo que el libro de poesía más vendido en la última década era uno de Joaquín Sabina. Ya me dirán cómo está el patio.

Y de las editoriales que tienen ojos pero quizá más cara de la cuenta  ya ni les digo nada, pero no todas son tan serias como los lectores creen.

O sea que volvemos al principio. Ya me dirán ¿me hago Bartleby o qué?

Foto de Herman Melville cortesía de la Wikipedia.